La libertad condicional, es una medida prevista en el artículo 90 del Código Penal. Se otorga a penados que hayan cumplido ciertos requisitos durante su estancia en prisión o en su completa trayectoria penitenciaria y representa una suspensión de la ejecución del tiempo de condena que les queda. No obstante, esta medida tiene un enfoque rehabilitador y debe entenderse como un privilegio, no un derecho automático, que solo puede ser concedido por el Juez de Vigilancia Penitenciaria en base al cumplimiento de una serie de requisitos.
¿Qué requisitos deben cumplirse para solicitar la Libertad Condicional?
Para que un condenado pueda acceder a la libertad condicional, deben cumplirse ciertos requisitos establecidos en el Código Penal y la Ley General Penitenciaria. Entre ellos se encuentran:
- Clasificación en tercer grado penitenciario.
- Haber cumplido tres cuartas partes de la condena.
- Observar buena conducta.
- Satisfacer la responsabilidad civil derivada del delito.
El cumplimiento de estos requisitos no garantiza que se otorgue la Libertad Condicional y se suspenda la pena. El Juez de Vigilancia Penitenciaria analizará otros muchos factores para decidir si el penado es merecedor de la Libertad Condicional y valorará si la persona está preparada para su reintegración plena a la sociedad estudiando aspectos como los siguientes:
- La personalidad del penado, sus antecedentes, su conducta durante el cumplimiento de la pena (permisos penitenciarios) y sus circunstancias familiares y sociales.
- Las circunstancias del delito que ha cometido.
- La relevancia de los bienes jurídicos a los que podría afectar la reiteración del delito.
- Los efectos que cabría esperar de la suspensión de la ejecución y del cumplimiento de las medidas impuestas.
También puede el Juez de Vigilancia Penitenciaria acordar la libertad condicional al penado que cumpla los requisitos siguientes:
- Haber extinguido dos terceras partes de su condena.
- Haber desarrollado durante el cumplimiento de la pena actividades laborales, culturales u ocupacionales, sea de forma continuada, o con un aprovechamiento que haya supuesto una modificación relevante y favorable de aquellas de sus circunstancias personales relacionadas con su actividad delictiva previa.
- Acreditar la clasificación en tercer grado y buena conducta.
En este caso, y a propuesta de Instituciones Penitenciarias y previo informe del Ministerio Fiscal y del resto de las partes, cuando el penado cumpla el primero y el último de los requisitos que acabamos de ver, el Juez de Vigilancia Penitenciaria podrá adelantar la libertad condicional hasta 90 días por cada año de cumplimiento efectivo de la condena una vez extinguida la mitad de esta. Para ello, es necesario que el penado haya desarrollado de forma continuada las actividades indicadas en el segundo requisito que hemos visto en este caso, y que acredite también la participación efectiva y favorable en programas de reparación a las víctimas o programas de tratamiento o desintoxicación, en su caso.
Otras maneras de obtener la Libertad Condicional.
En ciertos casos excepcionales, la libertad condicional puede concederse, aunque el condenado no haya cumplido estrictamente con los requisitos generales. Estas excepciones se aplican cuando se dan circunstancias especiales que justifican una revaloración de la pena. Aquí se destacan las más relevantes:
- Libertad condicional por enfermedad grave.
- La libertad condicional por enfermedad grave con padecimientos incurables es una medida humanitaria que protege la dignidad del recluso. El artículo 10.1 de la Constitución Española garantiza la dignidad y derechos inviolables de las personas, y es bajo este principio que se permite la concesión de la libertad condicional a reclusos gravemente enfermos, aunque no hayan cumplido las tres cuartas partes de la condena.
En estos casos, el recluso debe cumplir con otros requisitos, como estar clasificado en tercer grado, observar buena conducta y haber satisfecho la responsabilidad civil derivada de su delito. Esta medida, sin embargo, está sujeta a un pronóstico médico que acredite la gravedad del estado de salud del penado.
Libertad Condicional para la primera condena y buena conducta.
Otro supuesto excepcional se aplica a los reclusos que cumplen su primera condena y cuya pena no supera los tres años. Estos individuos pueden solicitar la libertad condicional tras haber cumplido la mitad de su condena, siempre y cuando acrediten:
- Estar clasificados en tercer grado.
- Mantener una conducta ejemplar.
- Haber satisfecho cualquier responsabilidad civil impuesta.
Esta modalidad busca fomentar la reintegración social de individuos cuyo historial delictivo es considerado menos peligroso.
Abandono de actividades ilegales y colaboración con la autoridad.
La libertad condicional puede también concederse a reclusos que han mostrado una colaboración activa con las autoridades y han abandonado cualquier vínculo con organizaciones ilegales o terroristas. En estos casos, el penado debe presentar pruebas inequívocas de haber cesado sus actividades ilícitas, colaborar en la prevención de futuros delitos y ayudar a la captura de otros responsables. Además, se requiere un informe técnico que confirme su desvinculación de asociaciones criminales.
¿Se puede perder la Libertad Condicional?
La Libertad Condicional es un privilegio que puede ser revocado si las condiciones que la justificaron cambian significativamente. El Juez de Vigilancia Penitenciaria puede revocar esta medida si detecta que el recluso presenta un riesgo de reincidencia o si incumple con alguna de las condiciones impuestas durante el periodo de Libertad Condicional, como la falta de pago de las responsabilidades civiles o la reanudación de actividades delictivas.
Por ejemplo, si el penado proporciona información inexacta sobre su patrimonio o incumple con la obligación de indemnizar a las víctimas, el Juez puede decretar la revocación de la libertad condicional, volviendo el penado a cumplir el resto de su condena en prisión.
La importancia de una defensa jurídica especializada en Derecho Penitenciario.
Dada la complejidad y las numerosas variables que pueden influir en la concesión o revocación de la Libertad Condicional, contar con un equipo de abogados especializados en Derecho Penitenciario es fundamental. Un buen abogado penal no solo orientará al recluso durante el proceso de solicitud, sino que también gestionará adecuadamente los trámites y asesorará sobre las mejores estrategias para obtener los beneficios penitenciarios correspondientes, desde los permisos penitenciarios hasta la Libertad Condicional, pasando por el tercer grado penitenciario.
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